CONES en marcha 24 de agosto 2017. Créditos foto: Agencia Uno. |
Esta semana, aunque muchos no se
hayan dado por enterados, ha sido una semana de movilizaciones para los
distintos actores del mundo de la educación. Por una parte, tenemos las
movilizaciones locales de las universidades estatales, donde destaca la
Universidad de Chile, con todos sus estamentos movilizados, en búsqueda del
rechazo a la idea de legislar del proyecto de Universidades estatales, ya que
este último relativizaría enormemente la autonomía de las comunidades
universitarias con la creación de una nueva institución reguladora de la
universidad que tendría miembros electos por parte del ejecutivo, generando una
interven
ción que las distintas comunidades de ninguna manera pueden aceptar.
Pero, por otra parte, y
básicamente en lo que me quiero centrar, están las movilizaciones de
estudiantes secundarios y profesores por el Proyecto de Nueva Educación
Pública. Proyecto que, fuertemente defendido por los sectores más progresistas
de la Nueva Mayoría, no des mercantiliza, y peor aún, consolida tremendamente
las lógicas subsidiarias neoliberales que son la base de la desigualdad del
sistema educativo. Esto ocurre con la generación de Servicios Locales que
mantendrán la administración de los ex colegios municipales, los cuales serán
dependientes de una “Dirección General de Educación” proveniente del Mineduc, y
que si bien, por fin saca los colegios de los municipios donde muchas veces se
perdían, o, directamente robaban los fondos, manteniendo la educación pública
en una terrible situación de precariedad, no cambia el método de financiamiento
que condiciona a los colegios a competir en una disputa económica que no pueden
ganar: me refiero a la disputa por matricula, aquella que los hace seguir
existiendo por su cantidad de estudiantes y que es la base de la segregación
socioeconómica de la educación escolar. Este proyecto del que les hablo, este
lunes vivía clave jornada en el Senado, donde la derecha quería imponer un
método de transición de colegios municipales a esta nueva Dirección General de
Educación (uno mucho más lento), amenazando, como siempre, con la llevada del proyecto al Tribunal
Constitucional. El problema es que si bien, esto era una discusión importante,
porque es el traspaso de los colegios municipales, en ningún momento, y como ha
sido la tónica en la conformación de esta ley, se ha cuestionado la forma de
financiamiento.
Ante esta situación, uno esperaría que como ha sido siempre, con un proyecto que no cambia cuestiones vitales dentro de la administración
de la educación escolar (como lo es el financiamiento), existiera una enorme
negativa por parte del mundo secundario, el que también, históricamente ha
tomado posiciones más radicales y ha sabido negociar mucho más y mejor que los
otros actores del mundo de la educación. Pero la realidad es otra, y tanto la
instrumentalización de los distintos espacios de organización secundaria en los
últimos años (funcionando más en base a los intereses de las militancias de los
representantes de federaciones o asambleas más que a un trabajo de "bases"), la
criminalización de cada manifestación convocada por estos, la falta de
reformulación de petitorios técnicos de manera pública, y por último, la enorme
diferencia de realidades que se generan entre los mismos colegios de cada
comuna por su forma de administración, podemos decir que nos encontramos en una
de los peores momentos de los últimos años de la organización pingüina, y por
tanto, no ha existido una negativa que sea convincente de manera mediática o que se haya
logrado hacer notar durante lo que va del año, es más, actualmente y de manera
insólita, una de las organizaciones convocantes a la manifestación de este jueves
recién pasado, la Cones, llamo a manifestarse para incidir en la reforma y ha
tenido todo el año como eslogan (más precisamente desde las discusiones por las
indicaciones al proyecto), que no se acepte el pacto de la derecha con la reforma
del gobierno sobre la desmunicipalización.
Más que un error por ignorancia, acá
hay un interés claro de quienes viene realmente esa demanda: de las juventudes de gobierno
y sus congresos estudiantiles que buscan, según ellos, una ganada concreta aun
cuando estás irían en contra de varios petitorios de años anteriores, y porque
no decirlo, en contra de aquellos que nos esperanzamos por una educación como
derecho social a futuro. Esto podría sonar injusto debido
a las federaciones representativas en las que esta organización basa su
legitimidad (y de la cual en algún momento participe en su fundación), pero la
realidad es que su funcionamiento actual es cada vez más parecido al de la
Feses de los años 2000, es decir, de manera mucho más burocrática con un actuar lejano a
los estudiantes que dice representar y con un discurso más
cooptado por el interés de las agrupaciones políticas hegemónicas. Esto se
vuelve complejo cuando quienes hegemonizan tienen intereses creados con un
proyecto, o en este caso, son juventudes del mismo gobierno, es decir, la misma
situación que estanco a los secundarios en los 90 con los tristes últimos años de la FESES, la cual tuvo
que ser quebrada por los estudiantes de la periferia de Santiago por
representar más al PPD y al PC que a ellos mismos, cuestión qu extrapolada hoy en día se ve y suena mucho mas grave considerando lo que se legisla hoy en día, supuestamente,
una de las demandas históricas levantadas por parte de los secundarios como la
desmunicipalización.
Enfrentamientos entre polícia y estudiantes en Lideo de Aplicación este martes. |
Representantes CDP marchando hacia Valparaíso |
Dicho todo lo anterior, me parece
que hay una situación compleja y que necesita soluciones pronto. Los
estudiantes secundarios no por nada fueron uno de los actores más relevantes en
despertar a un país dormido en la falsa democracia transada después de la
dictadura, y si bien, no dudo en ningún caso de la capacidad que tienen y
pueden tener los actuales representantes de los secundarios, es triste ver lo
poco que han podido sobresalir por todo lo que ha ido ocurriendo. Por lo mismo, creo que es vital que se genere un
planteamiento serio y un análisis cauto de las demandas, de sus métodos de
organización y, porque no también (siendo un poco más idealista) de sus organizaciones. Lamentablemente, quienes tienen hoy en
día más representación dentro de los espacios estudiantiles establecidos, están
pensando más en su interés superior individual que en la riqueza histórica, la
memoria, y la valoración social de los estudiantes como actores, y si bien,
entendiendo su autonomía nadie puede ir a criticarles nada, no deja de dar
rabia como ante tanto desorden y falta de estrategia, los gobiernos se
“baipaseen” a quienes tantas veces los tuvieron en jaque.
Por otra parte, es
necesario también, como medidas urgentes, la unidad dentro de los distintos
grupos estudiantiles para manifestarse. Es triste ver contra manifestaciones
como la ocurrida este jueves entre secundarios (justificada quizás, pero
triste), como también manifestaciones de universitarios y secundarios días
distintos, cuando aún con demandas claramente diferentes, es mucho mejor ver la
alameda con miles de personas que pequeñas marchas de mil. Bueno, en esto
último, gran culpable siempre ha sido la organización universitaria que ha
sabido aprovecharse de sus compañeros de uniforme por años, quedándose siempre con
gran parte o casi toda la incidencia mediática.
Fuera de la forma en que han
ocurrido hasta hoy los hechos, y los distintos problemas de organización, así
como a finales del 2010 se organizó todo poco a poco para el año siguiente, los
secundarios en un semestre con poca visibilidad siempre tienen una nueva
oportunidad de reagruparse, ordenar un poco sus filas y emplazar a toda la
sociedad a levantarse. Más aún si entendemos que, ante la eventualidad de un gobierno
de derecha, hasta aquellos que hoy defienden proyectos contrarios a los mismos
estudiantes estarán en pie de guerra. Esperemos, eso sí, que no sea tarde. Que
no se utilice como excusa el proyecto actual para cerrarles las puertas a los
estudiantes con el reciente cambio como excusa, y que, por fin vuelvan a ser los
ataques al modelo y a la segregación lo más importante, como también levantar la
urgencia de una educación como derecho social, laica, gratuita, no sexista e
igualitaria para todas y todos.
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